Centro de día

El Centro de Día de ADIN es un recurso vital para personas con discapacidad intelectual, especialmente para aquellos con extensas necesidades de apoyo y para adultos mayores de 50 años. Aquí, proporcionamos un ambiente acogedor y seguro, donde cada usuario recibe atención individualizada y adaptada a sus necesidades específicas, fomentando su bienestar y desarrollo personal.

El centro tiene capacidad para 18 personas y se divide a su vez en un servicio para personas con amplias necesidades de apoyo con una capacidad para 12 personas y en un aula de mayores de 50 años con una capacidad para 6 personas.

Centro de Día de ADIN: Un espacio de cuidado y aprendizaje para lograr autonomía y plena integración social

Desarrollo de Habilidades y Autonomía

Nuestro enfoque se centra en el desarrollo de habilidades básicas de la vida diaria y la promoción de la máxima autonomía personal. A través de actividades estructuradas y programas de aprendizaje, trabajamos para mejorar la calidad de vida de nuestros usuarios, ayudándoles a adquirir nuevas competencias y a incrementar su independencia e integración social.

Equipo Multidisciplinario y Comprometido

Contamos con un equipo de profesionales especializados, incluyendo terapeutas, educadores y cuidadores, que están dedicados a crear un entorno de aprendizaje positivo y enriquecedor. Este equipo se esfuerza por entender y atender las necesidades únicas de cada individuo, asegurando que el Centro de Día sea un lugar donde cada persona pueda florecer y sentirse valorada.

Aula para personas mayores de 50 años

Este recurso está dirigido a personas mayores de 50 años con discapacidad intelectual, cuyas necesidades de apoyo no les permite acceder o seguir el ritmo de trabajo en Centro Ocupacional o en cualquier forma de empleo más normalizado. Tiene la finalidad de mantener el mayor grado posible de autonomía personal y de participación de sus usuarios en la comunidad y a su vez evitar el deterioro de sus capacidades.

El personal especializado del Centro trabaja en el mantenimiento de sus potencialidades a través del desarrollo de actividades funcionales y significativas, relacionadas con la capacidad de autocuidado, el fomento de la participación en los recursos culturales, de ocio y tiempo libre de la comunidad y propiciando el envejecimiento activo, y el apoyo para la vida independiente.